El tratamiento de eliminación de tatuajes varía según varios factores, como el tamaño, los colores, la profundidad de la tinta y el tipo de piel. En general, se requieren entre 6 y 12 sesiones con láser, espaciadas entre 4 y 8 semanas para permitir que la piel se recupere y el cuerpo elimine los fragmentos de tinta. Sin embargo, tatuajes más grandes, con tintas más densas o de colores difíciles como el verde y el azul pueden necesitar más sesiones. La duración total del tratamiento puede oscilar entre 6 meses y 2 años. Para obtener una estimación precisa, es recomendable una evaluación con un especialista.